Pensando en qué escribir me he
acordado de La Mimé. Quizá porque mientras escribo esto se va acercando, más bien
pasando, la hora de cenar y al hambre se ha unido a un lugar que he conocido hace
poquito pero que tiene unas cosas riquísimas.
Se trata de La Mimé, una
pastelería que llama la atención por fuera, ya que ocupa una esquina que han decorado
con mucho gusto y tiene un interior precioso. Desde que la vi me llamó la
atención y por fin entré la semana pasada.
Es un lugar tranquilo, cuidado y
con muy buen servicio. Y una vez dentro, se te hace la boca agua. Yo no soy muy
de dulce. Me gusta, aunque siempre tiendo más al salado, pero estando allí no
pude resistirme. Son expertas en pastelería francesa y se nota. Tanto el sabor
como las formas están muy trabajadas. Me llamaron mucho la atención los bizcochos, así que probé
el de cerezas. ¡¡Qué rico!! Se notaba que era casero porque tenía un sabor muy
diferente al que tomas en otros lugares. Esta pastelería es tan artesanal que tiene hasta su obrador propio. ¿Qué más se puede pedir?Muy recomendable, la verdad.
Y para beber, un té frío de
frutos rojos. Uhmmmm… qué ganas de tomar otro. Además, por aquello de cuidar la
línea, te lo ponen sin azúcar y luego te la ofrecen para que eches a tu gusto.
Todo un detalle.
Aunque he de reconocer que aunque
el té me estaba riquísimo, los ojos, de vez en cuando, se me iban hacia algún
que otro batido que tenía una pinta espectacular.
Ah, y muy importante. A mí se me
olvida porque no me gusta el café, pero aquí son especialistas cafeteros en
café de Colombia. Sí, sí, con formación como baristas en Londres. Ni más ni
menos.
Está claro que a La Mimé hay que
volver para probarlo todo, todo… Es el lugar perfecto donde reponer fuerzas tras una jornada de rebajas por Serrano-Goya. ¿Un Xq Me Lo Merezco gastronómico?
La Mimé
Calle de Padilla, 41, 28006 Madrid
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