Reconozco que soy un poco
perezosa. A veces dejo de hacer alguna cosa porque me encuentro tan a gusto en
mi casa que me da pereza salir. Mi madre no estará de acuerdo, que dice que soy
muy callejera, pero vosotros creedme a mí.
Pero el otro día, aprovechando
que tenía que salir y que hacía un día fantástico, volví a casa dando un paseo
por El Retiro. Hacía tanto tiempo que no tenía tanto tiempo para mí. Recién
acabadas las Navidades, con cierto estrés acumulado, ese paseo me supo a
gloria.
Y es que El Retiro me encanta
pero es un gran desconocido para mí. Teniéndolo cerca, no he ido tantas veces
como quisiera ye so hace que TODAS LAS VECES me pierda. Jaja. Sí, sí, como
leéis, siempre me pierdo. ¿Lo bueno de esto? Que cada vez descubro una zona
nueva, una estatua diferente, un camino escondido…
Sé que el post de hoy no os va a
decir nada que no sepáis porque ¿quién no conoce el parque de El Retiro? Aunque sólo sea de oídas o por fotos, ya que
es una pasada. Pero me apetecía poner unas fotos de algunos lugares y detalles
que me llamaron la atención. Había rincones por los que no había pasado nunca. Me
encantó la sensación de descubrir y de sorprenderme en un lugar del que, en ese
momento, no esperaba nada más.
Os dejo algunas fotos de esa
fantástica mañana.
Y aquí algunas más de la expo que
podéis ver ahora mismo en el Palacio de Cristal gracias al Museo nacional
Centro de Arte Reina Sofía. Es bastante curiosa. Se llama El hacedor de
marionetas y estará hasta el 16 de marzo.
No sé muy bien cómo describirla,
pero sí resulta sorprendente. Por un lado da un poco de yuyu, porque hay una
figura tumbada que parece humana, pero sí puedo decir que el conjunto te atrapa
y te hacer mirar y observar todo lo que sucede dentro de esa furgoneta.
El arte moderno, que es así. Yo
no lo entiendo mucho pero remover, remueve por dentro.
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