Centro de Madrid, hora punta.
Mucha gente, ruido, jaleo… Me encanta pero, de repente, silencio, desconexión,
paz, tranquilidad. A sólo un paso. ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estoy? Sólo he
entrado en Salvador Bachiller, tienda especializada en marroquinería y, sin
darme cuenta, unos pisos más arriba, me encuentro en otro mundo lleno de calma
y que, por un momento, te hace olvidarte de que te encuentras en plena calle
Montera, a cinco minutos de la Plaza Mayor.
Éste es uno de los paraísos que
ha creado Salvador Bachiller (tienda de la que os hablaré otro día) en su
interior. Hace menos de un año han abierto tienda en Montera, pero en ella han
creado algo muy especial. Las dos últimas plantas las han reservado al Salón de
té (la penúltima) y a su Jardín Secreto (la última). Dos lugares increíbles que
nunca abráis imaginado en una tienda.
El Salón de té me conquistó. Un
sonido (artificial) de pájaros te recibe y entras en un mundo tenue, súuuuuuper
tranquilo, muy cuidado y con distintos ambientes. La zona de la chimenea me
encantó. El concepto relax y la desconexión con el mundo cobra aquí todo su
sentido. Me fascinó la sensación de estar tan tranquila sabiendo que unas plantas más abajo continúa vivo el bullicio de Madrid.
Esto es lo que encuentras nada más subir las escaleras. Recibiéndote, un sonido de pájaros.
Abajo, la tienda. Y al fondo, yo, jeje...
En esta mini caseta de pájaros, la carta con las bebidas. Bonito ¿eh?
Un detalle de la pared.
Algunos de sus dulces. Las camareras van de rojo y con trajes imitando a las azafatas de avión.
Batidos: yogur griego natural ¡¡riquísimo!! y vainilla con cookies. Y de regalo, un par de bollitos que saben como los donuts. Uhmmmm...
Este detalle me encantó.
Este detalle me encantó.
Cuidando el medio ambiente.
Este rinconcito es genial.
Esta foto no es muy buena porque la luz, tan tenue, no ayudaba mucho, pero para que os hagáis una idea. Al fondo, un espacio para estar en grupo.
Pero no te quedes aquí. Sube una
planta más (ésta ya por el ascensor, que las escaleras mecánicas no llegan) y
accede a su Jardín Secreto. Se trata de una pequeña terraza con un ambiente
genial. Aquí vuelves a la realidad, hay más gente, más algarabía, más “ambiente”,
pero con el encanto de estar rodeada de naturaleza, de plantas, de luz natural…
Es chulísimo y sorprendente. En verano creo que está todo abierto. Ahora sólo
hay una parte abierta, para los más valientes, desde la cual puedes ver la
calle Montera desde las alturas.
Sin duda, los dos ambientes
tienen su propia personalidad, un toque diferente y son capaces de
transportarte a mundos distintos. Durante el rato que estás, sobre todo en el
Salón de Té, te olvidas de todo y, por un instante, te traslada a otro mundo y
sólo piensas en ti. No sé qué tiene pero una vez que entras allí los problemas
se quedan atrás.
Y tras tanta reflexión, algo más
real. ¿Qué pedir? La carta es igual en ambos sitios. De beber, pues hay desde
diferentes tés, chocolates y batidos, hasta copas y cócteles. Precios, 5 euros
los batidos, por ejemplo. No es barato, pero el lugar lo merece.
Para comer. Tienen una carta
reducida pero suficiente. Pan tumaca, ensaladas variadas, bocadillos… Comida sencilla y
ligera pero cuidando muy mucho la presentación. Cada cosa servida con mil
detalles. Puedes ver su carta aquí.
Calle Montera 37 (3ª y 4ª planta)
91 531 02 60 (105 salón de té y 106 jardín secreto)
No he tenido la oportunidad de ir, pero eres la cuarta o quinta persona que me habla bien de este lugar. Habrá que probarlo!
ResponderEliminarSí, Sergio, tienes que ir. Sus batidos y dulces te encantarán ;-)
ResponderEliminarEn el proximo viaje a Madrid voy! Suena genial.
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