Ya va a hacer un año desde que fui
por última vez a Orense. Había ido hacía tiempo a visitar la ciudad pero esta
vez íbamos con unos amigos a conocer sus termas. He de reconocer que yo no soy
mucho de spas, masajes y estas cosas, pero a ellos les gustaba tanto que ya me
picaba la curiosidad. Además, cualquier excusa es buena para pasar un fin de
semana con amigos. Y si conocíamos algo diferente, mejor que mejor.
Pues una vez vistas, doy fe de que son una pasada. Mereció muchísimo la pena ir y entiendo que les gusten tanto. La sensación de poder bañarte, al aire libre, a 40 grados de temperatura de forma natural es increíble. ¡¡En bikini el 20 de noviembre!! En Orense y al aire libre. ¿Te lo puedes creer? Éstas en concreto están en Reza, un pueblo a 2 kms. de Orense y
son súper bonitas.
Como veréis por las fotos, el
lugar está muy cuidado y nada masificado. Tienes unas zonas para cambiarte de
ropa, también hay una cafetería al fondo, y las “piscinas” están separadas,
aunque cerca y puedes elegir según la temperatura. Las hay muy calientes,
templadas y heladas. Yo probé todas y es una pasada.
El espacio es muy bonito, a mí me
encantó, y tienes termas a la derecha y a la izquierda. No son muchas, pero
suficientes. También hay unas privadas más al fondo, pero no fui. Después de
conocer lo bien que estaban las públicas, no necesitaba más.
Lo mejor es que os ponga unas
fotos para que os hagáis a la idea. Es una verdadera experiencia ver cómo puede
salir, en noviembre, agua caliente de forma natural. A mí me sorprendió
muchísimo.
Según nuestros amigos, cuando
está todo nevado, o lloviendo, y tú estás ahí dentro, con esas vistas, la
sensación es mejor aún.
Llegando a las termas. Vaya vistas ¿eh? Hay que dejar el coche en el párking y luego ir andando. Está al lado, cinco minutos.
Eso que veis a la derecha son las termas.
Y éstas, las que están a la izquierda del puente por el que se accede. ¿A que son bonitas? La caseta son los vestuarios.
Como veis, todo está muy bien organizado.
Una de las piscinas. Ésta es de agua templada.
Vaya vistas ¿eh? Un poco antes de ese puente se deja el coche y de ahí se llega andando. Precioso.
Mirad el vapor que sale de aquí. Parece de mentira ¿eh?
Ésta, mini, es la de agua helada. Uffffff...
Están muy bien acondicionadas.
Nos hizo un día fantástico, pero estar aquí con nieve tiene que ser toda una experiencia.
Lo mejor es ir temprano y pasar
ahí la mañana. Y, una vez que empieza entrar un poco de hambre, en el mismo
pueblo, como volviendo a Orense, está el restaurante Casa Escola, donde se come genial. Mirad,
mirad…
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