martes, 8 de marzo de 2016

La figura del Wedding Planner, ¿es realmente necesaria?

Pues yo creo que sí. Pero, claro, si conocemos realmente sus funciones, si no, tenderás a pensar que es un “capricho de gente con dinero” o de quien no se quiere implicar nada en su propia boda. Y, sinceramente, nada más lejos de la realidad. 

La labor de una (lo pongo en femenino porque normalmente somos mujeres) Wedding Planner no suele ser muy cara y supone un gran abaratamiento de costes. Es decir, con lo que ella consigue de descuentos en proveedores y fincas has pagado sus honorarios y aun ahorras dinero. No, no me mires con esa cara porque es así. 

Hay muchas formas de ganar dinero como WP. Una de ellas es llevándote un tanto por ciento de cada cosa que gestionas. Es decir, los proveedores y gente a la que contratas te dan un porcentaje (ya acordado) sobre el negocio que les das. Otra, que es la que a mí más me gusta, es la de cobrar unos honorarios por tu trabajo y, a partir de ahí, ser totalmente independiente y objetiva a la hora de buscar y contratar servicios. Por lo general, el abanico de clientes es tan grande que los novios encuentran siempre lo que buscan y, además, como los proveedores ya conocen su trabajo, suelen hacer descuentos en sus productos. Descuentos que te benefician porque, como ya hemos dicho, la WP sólo cobrará lo que haya acordado contigo, “su sueldo” y todas las bajadas de los precios de repercutirán directamente.

Déjate aconsejar por profesionales pero SIEMPRE decidiendo tú.

Pero hay otras cosas que dan un importante valor añadido a esta figura y que, sinceramente, no se paga con dinero. El ahorro de tiempo y quebraderos de cabeza. 

Desde que me empecé a interesar por este mundo siempre he intentado organiza las bodas de amigas y conocidas y el rechazo casi siempre ha sido instantáneo. Respuestas como “es que la boda la quiero organizar yo”, “es que quiero elegir lo que me guste”, “es que no quiero desentenderme de mi propia boda”. Así una detrás de otra. Y ése es el concepto erróneo que se tiene de esta figura. 

Lo que una Wedding Planner puede hacer por ti no es diseñar la boda al margen de los novios, sin vuestro visto bueno e implicación, sino todo lo contrario. Lo que hace es echar horas y horas en internet buscando inspiración para lo que A TI TE GUSTA, para decorar según tus intereses, para encontrar ideas originales y conseguir que tu boda sea única. Y, por supuesto, negociar con los restaurantes, con las tiendas, con las floristerías para obtener el precio más ajustado posible. 

Imagina cómo de trabajada y de sencilla a la vez puede ser una boda en la que veas todas las posibilidades y tú te centres en tomar las decisiones. Diciendo qué te gusta, qué mejorarías, que añadirías o quitarías, viendo las opciones que más encajan contigo. Pero sin perder horas de tienda en tienda, recorriendo tu ciudad, volviéndote loca en Internet. No. Tú sólo tienes que disfrutar. Fuera agobios, fuera ¡¡no llego!! Y para eso es fundamental que la WP te conozca, conozca tus gustos y, a partir de ahí, te ofrezca lo que más se adapta a ti.

Los detalles hacen que una boda sea única. ¿Quieres ideas? Tenemos muchas.

Ésa es nuestra función. Ponértelo todo en bandeja pero con toda tu implicación (si quieres, claro). Un trabajo en equipo donde DISFRUTAR preparando uno de los días más felices de tu boda es la única opción. 

Y, como broche final, EL GRAN DÍA. Estar ahí, acompañándote en la sombra y controlando cada detalle. Porque en tu gran día nada puede salir mal y ni tú ni tu familia tenéis que estar pendientes de nada excepto de saborear cada instante. 

Para colocarte el velo, controlar el catering, decorar los ambientes, recordar a los fotógrafos conseguir esa foto que te encantará y hacer que todo vaya como la seda… Para eso está tu Wedding Planner. Y para mucho más.


La familia juega un papel fundamental en las bodas. Son una gran ayuda y apoyo, pero ellos también se merecen disfrutar de tu gran día. Deja que un profesional se encargue de que estés perfecta. 



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