Si vives en Madrid o si vienes de
turismo, no puedes dejar de visitar este súper mercadillo que no te dejará
indiferente. El Rastro. Una calle enorme llena de puestos, uno detrás de otro, en los que
encontrar muchas cosas curiosas.
Empieza cerca de la glorieta de
Embajadores. Ahí encuentras cosas un poco más de “necesidad”. Los gitanos se encargan
de venderte material de bricolaje, ropa interior, prendas de vestir de segunda mano
en la mayoría de las ocasiones…
Y una vez que entras en la Ribera
de Curtidores llega el maremágnum de oportunidades. Todos los puestos muy
ordenados eso sí, y en ellos se mezclan desde ropa hasta material de cocina
pasando por bolsos, sombreros, camisetas heavys, recuerdos de la capital… Todo
lo que se te ocurra.
Empezamos nuestra "excursión".
Carteles vintage que siempre me gustan.
Cuadros pintados a mano de un estilo más clásico.
Hace un par de años regalamos un body de éstos a unos amigos cuando nació Adrián. Nos costó un montón encontrarlo y en el Rastro mirad cuántos había. ¡¡Y a mejor precio!!
¡¡Y calcetines!! ¿A que son una monada? Aunque, bueno, decir "monada" al lado de esta ropa heavy parece que no pega ¿no?
Arriba del todo, en la plaza de
Cascorro, además hay puestos de artesanía (que no me dejaron hacer fotos) con
cosas muy bonitas, hechas a mano y muy originales.
Parece muy agobiante pero se podía caminar bien. Hay días en los que es cierto que es mejor no acercarse, jeje.
Mirad qué bolsos más originales. Molan un montón.
Y paseando por El Rastro también puedes encontrar obras de arte como ésta. Nos encantó y, sin duda, te atrapa unos minutos. Está claro que hay que ser un artista para hacer esto. Te deja con la boca abierta.
Uno de los productos que pude fotografiar de la zona de artesanos. Había cosas muy chulas.
Pero lo mejor de El Rastro es su
ambientazo. A veces da un poco de pereza porque hay incluso demasiada gente,
pero hay otros días, como el que fui, en el que se está muy a gusto. Hay gente,
pero sin agobios. Muy buen rollo, vendedores muy simpáticos y siempre
encuentras algo que te llama la atención, que te resulta diferente o un chollo
al que no puedes decir que no Xq Me Lo Merezco.
Además, las tiendas de la zona
aprovechan para abrir y descubres rincones de Lavapiés que antes desconocías.
Pequeñas plazas llenas de objetos antiguos, restaurantes de lo más fashion que
se han puesto de moda en una de las zonas más castizas de la capital, o calles
con pinturas y un encanto especial.
Uno de los rinconcitos con las tiendas de toda la vida, que encuentras paseando por las perpendiculares a Ribera de Curtidores.
Edificios clásicos que tenemos en Madrid.
Una fachada que había que fotografiar ¿no crees?
Este grupo tocaba genial y daba el toque musical a la plaza de Cascorro. Eran súper simpáticos. Y el argentino de atrás no tiene mala pinta. Lo tengo fichado para otra ocasión ;-)
Otra obra de arte en forma de fachada.
Y otro lugar donde escapar del "mundanal ruido" y, además, descubrir antigüedades.
Esta tienda es un clásico de la zona de Lavapiés.
Y ésta, una de las vistas.
Arte, arte y arte en Madrid.
Es un buen plan de domingo por la
mañana para acabar tomando el aperitivo en el bar más auténtico de la zona.