Hacía mucho, pero hoy vuelvo a escribir un post de
los de “Xq sí”. Hoy me apetece más que nunca tener un detallito con una persona
muy especial para mí, se trata de mi hermana Ana. Tengo dos hermanas mayores y
las dos son pilares importantes en mi vida, un complemento perfecto, pero hoy
es el cumple de la mayor de todas, Ana Belén.
Ana es… ¡¡incombustible!! Vive
fuera de Madrid y tanto si viene como si vamos es agotadora. Es la mayor de las
tres, pero tiene más energía que todas juntas. Ha salido a mi madre, está
claro. Hoy cumple años y cada vez le va gustando menos esto de “hacerse mayor”,
pero sé que, en el fondo, le encanta. Cumplir años es sinónimo de madurez, de
experiencia y, sobre todo, de vida.
Muchas veces me enfado con ella
(sí, soy bastante enfadica y con mal genio, lo reconozco) pero me dura un
segundo. Sólo tengo que echar la vista atrás y la veo en los momentos más
importantes de mi vida: cuando nací (que no me acuerdo pero ahí estaba), cuando
me dejaba salir con ella y sus amigos siendo yo mucho más pequeña y molestando
un poco ¡¡me encantaba irme con los mayores!!, cuando me llevaba al cine, cuando
nos hacíamos unas cenas de órdago a base pizzas y hamburguesas (la edad ya no
nos perdona esos excesos), cuando hice mi primera comunión y ella movió Roma con Santiago para que yo tuviera un papel "protagonista", cuando tuve que
echar la matrícula de la Universidad (con esa cara que tenía ¿eh?), cuando me
casé y le pidió a mi recién estrenado marido que fuera el padrino de su recién
nacido pequeñajo… Y tantas y tantas cosas más… Bueno, y no se me olvidará que gracias
a ella Ricky Martin me plantó hace muuuuchos años (era su época de pelo largo) dos
besazos que aún no he asimilado. Casi, casi suspendo un examen, pero mereció
la pena.
Pero lo que nunca, nunca, nunca
le podré agradecer suficiente, es la felicidad que mis tres sobrinos me dan
cada día (tengo cuatro, pero el último estará en otro post). El embarazo y nacimiento
del primero fueron un “click” maravilloso. Siempre he sido la pequeña y ahora
yo tenía a alguien a quien cuidar, mimar y por quien preocuparme (que por mis
hermanas me preocupo pero no es lo mismo, son mayores ;-)). Alguien que dependía de mí y con quien siempre habrá una conexión especial. Daniel, la bondad
en persona, ha sido el mejor regalo que mi hermana me podía hacer. ¿Cómo se
puede querer a alguien desde antes de que nazca? Luego llegó Adriana, una
inteligente princesa que nos da mil vueltas a todos y, por último, el bellezón Marino,
que con sus tres añitos tiene las cosas más claras que ninguno de nosotros. Al
menos, yo no me atrevo a llevarle la contraria.
Pues ésta es la fantástica
familia, junto con mi cuñado, que mi hermana ha conseguido en todos estos años.
Así que hoy, en su 42 cumpleaños tiene mucho que celebrar y yo, mucho que
agradecer.
¡¡¡FELICIDADES ANITA!!!
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Felicidades, Ana!
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ResponderEliminarFelicidades Ana y felicidades Raquel por el post. Un besazo
ResponderEliminarFelicidades!!! Que bonito lo q has escrito q me ha hecho imaginarlo todo.
ResponderEliminarBueno esto si que es un verdadero regalo de cumpleaños, seguro que tú hermana estará orgullosísima de ti por dedicarles estas bellas palabras, y lo que también tengo claro es que seguro que estará llorando, porque son muy emotivas tus palabras y es difícil que las lágrimas no afloren en los ojos. Un besazo desde tierras manchegas, felicidades por ese pedazo de familia y Muchas Felicidades para Ana.
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